Tengo 35 años y acabo de aprender a hacer punto.
Desde muy pequeña recuerdo a mi madre haciéndolo. Yo iba con ella a Dora, mercería de toda la vida de Santander, y volvíamos a casa con las lanas necesarias para mis jerseys, chaquetas, gorros, bufandas o calentadores (recordáis los calentadores???).
Ella se sentaba en el sofá después de comer y avanzaba a toda pastilla con sus labores.
Eva, ven a ver si ya llego a la sisa...
Eva, trae el brazo, a ver si termino la manga...
Eva, vamos a probar, que tengo que coser las piezas...
He tenido jerseys preciosos, qué manos tenía mi madre! Pero nunca consiguió que yo aprendiera. Lo intentamos, pero la verdad es que ella no tenía paciencia con mi aprendizaje infantil. Además, soy zurda y me cuesta un poco más hacer las cosas con la derecha. Si a esto le sumamos mi frustración cada vez que se me salían los puntos, el resultado es que no he vuelto a coger unas agujas de punto hasta el pasado 27 de septiembre:
Hace unos meses, preparando el mercadillo "tiempo de cerezas", en una conversación en mundanalrüido, yo dije que sé hacer ganchillo, que me enseñó una monja en el colegio, pero que de punto no tenía ni idea.
Ainara, me dijo "este otoño aprendes". Así que cuando organizó un taller de iniciación al punto, me escribió para que me apuntara. Le dije que no tuviera grandes pretensiones conmigo, y que lo más probable era que me fuera de allí como llegué, pero que contase conmigo. A ella le deben gustan los retos difíciles, y allí estuvo con cada una de nosotras, adaptándose al nivel de cada una.
Aprendí a coger puntos e hice algunas vueltas, a mi ritmo, pero las hice. Olga, dicharachera compañera de talleres, llevaba una lana muy chula para hacerle un jersey a su hija y Ainara, con el optimismo que la caracteriza, me animó a comprarla igual y hacer yo lo mismo con la mía. Por cierto, también la compré en Dora.
Bueno, pues el martes pasado, en la tertulia lanera, comencé lo que en principio iba a ser un jersey y después, vía facebook, ella me iba dando las pautas a seguir.
Como no podía secuestrarla y tenerla este fin de semana en mi casa, el jersey acabó siendo una chaqueta, que además ata a un lado por un sencillo motivo; no sabía echar los puntos en los dos lados y que quedase centrado, así que, ea, hice uno de los lados bastante más largo que el otro y ahí está; mi primer trabajo de punto.
Hoy hace una semana que la empecé; después de comer, la he rematado y esta tarde ya la ha estrenado mi niña.
Ya estoy pensando en los siguientes proyectos y me emociona saber que yo también voy a poder hacerle todavía cositas a mi hija y es que me quedé con ganas, cuando ella era un bebé, de haber sabido hacerle alguna chaqueta o vestidito. Menos mal que tengo una ahijada de 6 meses, que seguro lucirá alguna prenda hecha por su madrina, recién llegada al punto.
Gracias, Ainara.
Ahora entiendo cuando mi madre decía; venga, una vuelta más y lo dejo.